Siguiendo en esta línea, las mujeres vendrían a representar poco más que simples objetos para él, alguien que hasta ese momento apenas se ha parado a pensar en los sentimientos y que se ha dejado guiar por meros impulsos hormonales. Es quizás el hecho de darse cuenta de cómo es él y cómo son los que le rodean lo que le hace sorprenderse tanto por la existencia de personas como Maite, que dentro de la turbia espiral de Josep, vendría a representar un alma pura, libre de la suciedad de la que el estudiante se ve rodeado. Maite, ángel caído del cielo, será quizás la única persona en aportarle un poco de luz a su vida. Pero incluso encontrándose sobre su particular camino de la salvación, ni siquiera la esperanza aportada por Maite será capaz de evitar lo que quizás siempre estuvo escrito en alguna parte.
Por otro lado, nos adentramos en un aleatorio viaje en el espacio-tiempo que nos llevará desde la infancia de Josep en Buenos Aires hasta sus días como estudiante en la Ciudad Perdida en la Literatura, pasando por todo lo anteriormente mencionado. Como Uri enfatizó en la entrevista, es importante no quedarse con lo superficial de la obra y hacer el esfuerzo de bucear un poco en la mente de Josep, intentando comprender lo esencial en mitad de tanto torbellino emocional. Particularmente, opino que el más poético y elaborado final es el momento álgido, el que, quizás por adentrarme demasiado en la obra, consiguió arrebatarme más de una lágrima.
"Maite Zaitut" ya está a la venta, de momento, en Gráficas Legazpi (Zumarraga)