Son dueños de la ciudad. Por eso me llamaron la atención. A nadie en Chile le parece raro encontrárselos en cualquier esquina de la ciudad, pero como aún no soy chileno del todo, nunca dejan de sorprenderme. Me refiero, por supuesto, a los perros que merodean simpáticamente por Santiago. Perros sin nombre ni dueño, claro, porque eso es lo que llama la atención, también conocidos como "perros callejeros" o "perros vagos".
Lo de merodear es un decir, porque más de la mitad de los perros que uno puede encontrarse por las calles de la ciudad opta por ocupar una porción de suelo para echarse una larga y placentera siesta, sin importarle lo más mínimo si obstaculiza el paso de peatones en un paso de cebra o a la salida de un edificio de oficinas. Cuando despiertan, algunos optan por pasear a sus anchas por las calles, solitarios o acompañados, y otras veces optan por acompañarte unos metros antes de cansarse y darse media vuelta. Eso sí, mostrar afecto hacia uno de ellos puede suponer que no puedas quitártelo nunca de encima.
Son tan simpáticos que, en el caso de los perros que merodean por el campus de San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica de Chile, algunos deciden entrar a las clases, pasearse por entre las mesas en mitad de un examen o tumbarse frente a la tarima del profesor, bostezar, dormitar y empezar a roncar. Son uno más, forman parte del movimiento y bullicio de la ciudad o de la tranquilidad de los pueblos más pequeños. Así que ya saben, si sienten ganas de empezar a bautizar con nombres ingeniosos, pueden probar con ellos. Basta con salir a la calle y caminar unas pocas cuadras. Les estarán esperando.
también les decimos quiltros! jaja :)
ResponderEliminarGracias por el aporte, Pauli :)
ResponderEliminar