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sábado, 16 de abril de 2011

Varsovia

Hacía tiempo que había perdido la cuenta de las veces que había revuelto el chocolate caliente con la cucharilla. En el pequeño salón no se escuchaba otra cosa que el tintineo del metal contra la porcelana. Clin, clin, clin.

Las bombas que caían al otro lado de la ventana quebraban el cielo y sacudían hasta los cimientos de la antigua casa, haciendo que los cristalitos de la lámpara de araña temblasen de miedo. Pero aquello no iba con ella. Nada de lo que ocurría al otro lado del cristal iba con ella.

Nada, o quizás todo.

El vuelo de los aviones, las sirenas de evacuación, el mundo en blanco y negro teñido de fría llovizna de noviembre, de niebla ya inventada. La ciudad gris, la ciudad destruida. En contraste con el hogar que iba a abandonar, con el olor a tostadas recién hechas, con el humo que escalaba en espirales desde su taza hacia el techo, con el carmín rojo a juego con su nueva falda, lo último en Varsovia. Decían.

Estiró el cuello irguiéndose en la silla, vano intento de guardar la compostura. Quiso servir chocolate en la taza al otro lado de la mesa, pero la jarrita y el alma pesaban demasiado. Con manos temblorosas, la bebida se derramó por el blanco mantel de puntillas. Habría sido difícil servirlo, pero más aún controlar el sollozo. Siguió intentándolo aun con ojos vidriosos hasta que la taza rebasó de dulce brebaje. El vapor ascendió rápido, juguetón, ajeno a lo que ocurría en la ciudad, ajeno al horror de la matanza, al rugido de las bombas y a la desesperanza de los hombres que jamás volverían a escuchar un “sí”.

            Cuando la lámpara de araña volvió a tintinear, ya no había humo que ascendiese de la taza de la mujer. Pero la tacita de enfrente siguió humeando después de que el ventanal hubiese reventado en mil pedazos, salpicándolo todo con una lluvia de finas agujas de cristal. Siguió hasta que los ojos de su hombre se apagaron para siempre, perdidos y desenfocados en un punto de la ardiente ciudad.

            Y en ese momento, la taza se enfrió. 





2 comentarios:

  1. Ai ama! Pilla bat gustatu zait! Oso oso ondo dao idatzita, baño letzian pixkat gorputz txarra lagait... Ni istori roxita erromantikuan fansaua naiz aukeran, jeje.
    Hala re zorionak, benetan tope dao ta! :D

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  2. Mila esker, Ane! Mila esker irakurtzeagatik eta baloratzeagatik :) Egia esan bai, dramatikoa da amaiera, baina nire buruak hala agindu dit idaztea :) Besarkada bat!

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