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lunes, 23 de julio de 2012

Made in Chile #1: Santiago


Uno sabe que le quedan pocos minutos para aterrizar en Santiago de Chile cuando sobrevuela una de las cordilleras más impresionantes y majestuosas del mundo: los Andes. De repente, las altísimas cumbres dan paso a una llanura (conocida como la Depresión Central) donde se extiende una de las ciudades más extensas y pobladas de América del Sur: Santiago de Chile.

Se ve, desde un primer momento, que Santiago es una ciudad de grandes contrastes. Partiendo en coche desde el aeropuerto Arturo Merino Benitez (situado al oeste) hacia el oriente siguiendo la Costanera Norte (uno de los ejes principales de la metrópolis), estos contrastes son fácilmente visibles. Otra característica de la capital de Chile es que está dividida en numerosas comunas, cada una de las cuales con su respectivo ayuntamiento, pero formando todas ellas la ciudad de Santiago. Las comunas situadas al oeste y sur de la ciudad son las más humildes, y son a su vez sumamente extensas y pobladas. En el caso de la Costanera Norte, siguiendo hacia el oriente, el siguiente paisaje cambia progresivamente, pero abruptamente a su vez, ya que al fondo empiezan a verse los altos edificios del World Trade Center, una burbuja de negocios y modernidad que coronan las comunas de Providencia y Las Condes. Siguiendo adelante, dan la bienvenida los más acomodados barrios del oriente, tales como Vitacura, Las Condes y La Reina.

Teniendo en cuenta que es pleno invierno, la ciudad ofrece el colorido propio de esta estación del año, es decir, más bien nada. Pero son varias los parques y cerros distribuidos por toda la urbe, por lo que la primavera no tardará en teñirla de verde. Eso sí, para alguien que viene de Vitoria, el invierno santiaguino es mucho más llevadero, ya que aunque amanece con frío y puede llegar a helar, las temperaturas diurnas son más que agradables.

De momento, solo saco una única conclusión negativa de estos tres primeros días aquí: el smog, esto es, la capa de polución que cubre la ciudad y que, desgraciadamente, no deja ver con claridad la belleza que supone tener la cordillera de los Andes de telón de fondo. Con un poco de suerte lloverá pronto, el aire se limpiará y podré disfrutar de estos maravillosos paisajes. Pero dejando a un lado la contaminación, Santiago tiene tanto que ofrecer que estoy deseando que amanezca un nuevo día para salir y seguir visitando lugares. Tendréis noticias de ellos.


La cordillera de los Andes, desde el avión
Fuente: elaboración propia

3 comentarios:

  1. Me alegro de saber que tienes una primera buena impresión de la ciudad. Yo ya sabes que no me gustan mucho las grandes ciudades, pero hay que reconocer que también es un escenario excepcional para aprender acerca de contrastes, gestión, problemas medioambientales...

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  2. Y Santiago es el mejor ejemplo de ello, así que según vaya viendo y conociendo, lo iré publicando para que se puedan ver todo tipo de realidades. Sumar un curso entero de materias nuevas va a ser enriquecedor para cualquier tipo de explicación.

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