En algún momento tocaba inaugurar una sección indispensable si se quiere hablar de la cultura de un país: la gastronomía. Aunque no difiera tanto de la cocina mediterránea, la gastronomía chilena tiene numerosas peculiaridades. Es por esto que me gustaría ir nombrando algunas de ellas, empezando por el mote con huesillos.
En pocas, podríamos describirla como la típica bebida dulce y refrescante chilena. Tal como su propio nombre indica, tiene dos ingredientes indispensables: el mote (mote de trigo, es decir, las semillas cocidas en agua) y los huesillos (melocotón deshidratado). Estos dos ingredientes se mezclan con un dulce jugo acaramelado que se obtiene mezclando caramelo con el agua donde se cuecen los melocotones (con azúcar y un palito de canela), y todo ello acaba sirviéndose en un vaso, con el mote mezclado con los huesillos abajo y el jugo acaramelado arriba. El mote se come con una cucharilla, la misma con la que hay que ayudarse para partir trozos de melocotón.
El mote con huesillo se vende prácticamente en cualquier puesto que uno pueda encontrarse en las calles del centro de Santiago. Aunque los precios varían según el lugar y el vendedor, se puede decir que la mayoría de vasos de mote con huesillos rondan los $500-800, es decir, entre 0,80 y 1,30 euros. Es una bebida con especial éxito en verano debido a que es refrescante, pero se venden cualquier día.
Recomiendo a cualquiera que esté animado/a a visitar Santiago de Chile que se tome un mote con huesillos en cuanto sienta calor y quiera refrescarse. Aunque, tal y como he dicho antes, haya varios puestos donde se vende esta bebida, merece la pena subir en funicular hasta la cima del cerro San Cristobal y, una vez arriba, quedarse boquiabierto con las sobrecogedoras vistas de la ciudad desde las alturas tomando un rico mote.
Mote con huesillos
Fuente de la imagen: es.wikipedia.org

El cerro Santa Lucía nunca ha tenido y nunca tendrá funicular...
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