Berlin esconde secretos. He notado una especie de timidez en ella, como si en un primer momento no quisiera presentarse con todo su esplendor, como si le diera vergüenza admitir que ha sido una ciudad algo maltratada por la historia. Pero a medida que uno se va adentrando en ella, se da cuenta de que conserva una magia particular. Además de la majestuosidad de los emblématicos edificios y monumentos céntricos, Berlin ofrece la posibilidad de perderse por las calles de los barrios que rodean el Mitte (el centro de la ciudad) y de disfrutar de lo que las postales no nos enseñan. Es una ciudad viva, activa, por lo menos en estas fechas estivales, una ciudad donde siempre hay algo para ver y donde si uno se aburre, es porque quiere o porque no sabe leer entre líneas.
Por otro lado, tuve la gran oportunidad de hablar sobre mi libro "Minutus Creatio" y sobre literatura vasca actual en la Freie Universität Berlin. Fue un episodio muy agradable, y más aún teniendo en cuenta el interés que los presentes pusieron en lo que intenté explicarles. Me complace saber que hay personas tan interesadas en nuestra cultura fuera de nuestras fronteras, y en gran parte, todo ello es posible gracias al esfuerzo de personas como Mikel Babiano, que ha sido el organizador del evento y al que quiero dar las gracias por la invitación, por su constante ayuda y por hacer posible el evento.
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